viernes, 1 de marzo de 2013

III. JESÚS, EL QUE LLEGA (Mc 1,9-13).


Tercero y último cuadro de la sección:

9 Sucedió que en aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y Juan lo bautizó en el Jordán. 
10. Inmediatamente, mientras salía del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar como paloma hasta él. 11 Hubo una voz del cielo:
-Tú eres mi Hijo, el amado, en ti he puesto mi favor.
12 Inmediatamente el Espíritu lo empujó al desierto. 13 Estuvo en el desierto cuarenta días, tentado por Satanás; estaba entre las fieras y los ángeles le prestaban servicio.          

Entra en escena Jesús, que, desde este momento será el personaje central del evangelio. Al contrario del caso de Juan, la calidad de su persona no se describe mediante textos del AT, sino como efecto de una intervención divina. No se menciona por el momento actividad alguna de Jesús, sino su posición respecto a Diosa los hombres y a la sociedad.

Mientras la figura de Juan aparecía desde el principio estática (1,4-5, no se indican desplazamientos), la de Jesús es primero dinámica; los sucesos que se relatan trazan un itinerario que avanza de Nazaret al desierto, pasando por el Jordán; desde Nazaret al Jordán, por iniciativa de Jesús; desde el  Jordán al desierto, por impulso del Espíritu, después de la intervención divina. 

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