Para describir la figura y misión de Juan
utiliza Marcos textos del Antiguo Testamento bajo el epígrafe: Como estaba
escrito en el profeta Isaias (1,2).
Sin embargo, bajo el nombre de Isaías reúne
Marcos dos textos distintos: el primero (1,2) está tomado de Ex 23,20, aunque
su final revela el influjo de Mal 3,1; el segundo (1,3) está efectivamente
tomado de Is 40,3. La cita de los dos textos bajo el nombre del autor del
segundo sigue la costumbre del tiempo de no citar un pasaje profético sin
apoyarlo en un texto de la Ley (8).
La frase: Mira, envío mi mensajero delante
de ti, reproduce casi exactamente el texto de Ex 23,20a. La siguiente: él
preparará tu camino, está, por el contrario, más cerca de Mal 3,1b. Con
este texto compuesto, el evangelista conecta el personaje principal, Jesús, con
el tema del éxodo (Ex 23,20); al mismo tiempo, por el texto de Malaquías,
caracteriza la misión del precursor como un juicio contra los defraudadores,
explotadores y opresores, para que el pueblo, volviendo a una vida recta,
restablezca su relación con Dios (Mal 3,1ss).
En este texto (Ex 23,20 + Mal 3,1) es Dios
quien habla, y se dirige a un personaje innominado (Mira, envío mi mensajero
delante de ti), que, dado el título de la obra (1,1), se identifica con
Jesús, Mesías Hijo de Dios. Se le habla de «tu camino» (él preparará tu
camino), un camino determinado, implicando una meta perfectamente definida.
Y este camino es el de un éxodo, que supone una liberación y una tierra
prometida. Comienza a dibujarse «la buena noticia».
El texto de Isaías 40,3 citado a
continuación (v.3) introduce un cambio de escena. El mensajero anunciado se hace
presente, localizado en un desierto. Lo que pide (preparad el camino) corresponde
a la misión que Dios le había asignado (1,2: él preparará tu camino). El
mensajero prepara exhortando a preparar: su misión no se realiza por la imposición
o la violencia, sino mediante la persuasión. Preparar el camino del Señor (1,2s)
significa, por tanto, abandonar la práctica de la injusticia.
También este texto anuncia un éxodo
(el camino del Señor); será el definitivo, porque va guiado por Dios mismo.
Pero el camino del Señor (Yahvé) se identifica con el del Mesías (1,2: tu camino);
es éste quien ha de llevar a cabo lo que, según la profecía, era obra de
Dios. Se insiste en la apertura de una posibilidad de liberación.
El mensajero está en el desierto
y grita desde allí para que su voz se oiga fuera, puesto que el desierto está deshabitado.
Su exhortación señala a todos un mismo cometido: preparad el camino, enderezad
los senderos. Es decir, la liberación será un hecho si los oyentes responden
al llamamiento del que grita.
Resumiendo los rasgos del mensajero
(Juan) y del personaje anunciado (Jesús) que aparecen en los textos citados por
Marcos, se tiene lo siguiente:
a)
Juan es el precursor del Mesías y el anunciador de un nuevo éxodo o liberación,
que tendrá carácter definitivo; se trata, por tanto, de una salvación no meramente
individual, sino social, a semejanza del antiguo éxodo que liberó al pueblo de la
esclavitud de Egipto. Sin embargo, el éxito de esta empresa exige de cada individuo
un cambio de conducta, renunciando a la injusticia con el prójimo.
b) Jesús es el Mesías; él llevará a
término el éxodo definitivo, que conducirá a una nueva tierra prometida. Su obra
es la de Dios mismo.
8 Cf. A. Farrer, A Study in Sto Mark, Westminster 1951,55.
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