He aquí el segundo cuadro de la sección
introductoria:
6 Juan iba vestido de pelo de camello, con una
correa de cuero a la cintura, y comía saltamontes y miel silvestre.
7 y proclamaba:
-Llega detrás de mí el que es más fuerte que
yo, y yo no soy quién para agacharme y desatarle la correa de las sandalias. 8 Yo
os he bautizado en agua, él os bautizará con Espíritu Santo.
Marcos presenta ahora un primer plano de
Juan. Se perciben detalles de su persona (vestido y alimento) y se oye su voz.
Evidentemente, su vestido y su dieta (1,6) no son cronológicamente posteriores
a los bautismos, explican cómo «se presentó» en el desierto (1,4). La
descripción no supone, pues, un avance en la línea del tiempo, sino un
acercamiento del punto de visión, que amplifica y precisa la escena anterior (1,4-5).
El modo de vestir presenta a Juan como un
segundo Elías (2 Re 1,8), precursor de la llegada de Yahvé (Mal 3,23s); a continuación,
Juan mismo se declara precursor (l,7s).
En 1,2-5 aparecía Juan como punto de convergencia
del AT y primera etapa en el cumplimiento de los dichos proféticos: el pasado
apuntaba a Juan. En 1,6-8 se presenta, en cambio, como anunciador y precursor: el
pasado, a través de Juan, se abre al futuro, a una realidad nueva.
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