viernes, 1 de marzo de 2013

II. JUAN PRECURSOR (Mc 1,6-8). Juan, precursor (v.7).


A medida que bautiza a la gente, Juan se manifiesta como precursor (1,7: Llega detrás de mi), anunciándoles la llegada inminente de un personaje que el lector identifica ya con Jesús Mesías (1,1). En la figura de Elías (Mal 3,22), la motivación para la enmienda miraba al pasado: Moisés y la Ley. Juan prescinde de ese pasado. La motivación que propone mira al futuro, a la llegada del que bautiza con Espíritu Santo.

Juan describe al que llega por comparación consigo mismo, fijándose en tres aspectos: su calidad (“más fuerte”), su dignidad (“no soy quién”) y su actividad (“bautizar en agua - con Espíritu”). Se presenta en todo como inferior, deshaciendo cualquier equívoco respecto a su misión.

La expresión “el que es más fuerte que yo” incluye un significado jurídico: «el que tiene más derecho que yo». Esta expresión y la siguiente: «desatar la correa de sus sandalias», aluden a una institución legal que Marcos supone conocida de sus lectores, la ley del levirato, cuya finalidad era procurar descendencia al hombre que hubiera muerto sin hijos. La ley prescribía que el hermano del difunto se casara con la viuda y que los hijos que vinieran se considerasen hijos del difunto:Si el que «tenía derecho» a casarse con la viuda renunciaba a hacerlo, el pariente más próximo le quitaba la sandalia, indicando así que tomaba su puesto y se apropiaba de su derecho (10). El libro de Rut ofrece un claro ejemplo de esta usanza judía (Rut 3,7-9).
En el texto de Marcos, la mención de la sandalia alude a la existencia de un «Esposo». En la tradición profética de Israel, «el Esposo:» era una metáfora para designar a Dios y a su relación de fidelidad y amor al pueblo, representado bajo la figura de «la Esposa»(11). La misma relación Dios-pueblo habla sido llamada en tiempos anteriores «la Alianza», usando una figura jurídica.

Juan anuncia, pues, la llegada de un nuevo «Esposo», significando un cambio de alianza o de relación entre Dios y el hombre, que será prenda de fecundidad. Se indica así la esterilidad de la antigua alianza (12), y se insinúa la constitución de un nuevo pueblo, cuyos miembros han de dar su fidelidad al que, como Esposo, realiza la presencia de Dios.

De hecho, la respuesta de masas al pregón de Juan denuncia el fracaso de las antiguas instituciones. Por otra parte, la alusión a una nueva alianza no era del todo sorprendente para los contemporáneos de Juan; había sido anunciada por Jeremías 31,31-34: «Mirad que llegan días ... en que haré una alianza nueva con Israel y con Judá ... Meteré mi Ley en su pecho escribiéndola en su corazón, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que enseñarse unos a otros diciendo: ´Tienes que conocer al Señor', porque todos, grandes y pequeños, me conocerán ... pues yo perdono sus culpas y olvido sus pecados».

En Ez 36,26s aparece una relectura del texto de Jeremías, en la que interpreta la nueva Ley interior como el Espíritu de Dios: «Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo (cambio de disposición y, en consecuencia, de modo de actuar), arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu y haré que caminéis según mis preceptos y que pongáis por obra mis mandamientos».

La gente podía esperar que Juan, que ha despertado su conciencia y ha hecho patente la situación de la sociedad, se constituyera en líder de un movimiento de reforma. Por eso el anuncio de Juan incluye una protesta: «yo no soy quién». Desengaña a la gente presentándose como mero precursor. Su tarea se limita a preparar el terreno al que llega. Su pregón mira a la conducta individual. El que llega, en cambio, tiene por misión constituir un pueblo, su actividad va a afectar a la sociedad misma.

No pronuncia Juan el título de Mesías, tan arraigado en la tradición y ya dado por Marcos a Jesús (1,1). De hecho, se prestaba a una interpretación política, que podía hacer olvidar el cambio personal. La alusión al «Esposo», en cambio, pone de relieve la relación de amor y fidelidad mutua entre Dios y el pueblo.

10 En Dt 25,5-10 la ceremonia tiene carácter infamante' en el libro de Rut lo tiene de adquisición. Véase. Alonso-Proulx, Las sandalias del Mesías Esposo: Bib 59 (1978) 1-37. Cf. Is 54,1,ss, en sentido metafórico.
11. Cf. Is 54,lss; Os 2, etc, El tema reaparece a lo largo del evangelio, particularmente en 2,19, donde Jesús mismo aplica a su persona la figura del Esposo. La esterilidad de la antigua alianza está figurada por la higuera sin higos (11,12ss).
12 Expresada en Ez 37,5-14 por la visión de los huesos calcinados, que han de revivir por la infusión del Espíritu. 

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